Poca gracia les debe haber causado a los radicales escuchar a Viviana Canosa en su visita a Nicolás Wiñazki en TN, donde tiró munición pesada contra el oficialismo pero dejó parte de su artillería destinada a una de las patas de Juntos por el Cambio.

No parece casualidad que días después de que el arco mediático castigara a Facundo Manes por haber dicho que Macri espiaba a los dirigentes de su propio gobierno, la conductora que tomó cloroquina en vivo, hiciera lo mismo y apuntara sus cañones contra el candidato mejor posicionado de la UCR.

Y como si eso no bastara también fustigó a Gerardo Morales, a quien no solo llamó “señor feudal” sino que lo equiparó a Gildo Insfrán, un epítome de lo que no se debe hacer para el electorado que estaba siguiendo sus palabas.