Más allá de la diferencia de edad y lo absurdo de pensar en una pelea de boxeo entre dos mujeres que están lejos de practicar esa disciplina, que María Eugenia Vidal haya pensado en Cristina cuando le dieron a elegir, no habla de otra cosa que del lugar de centralidad que mantiene la Vicepresidenta.

Si quiso ser un chiste, le faltó gracia y remate; si intentó ser una provocación no era el lugar ni el momento para hacerlo; y si lo dijo sin pensar, debería pensar antes de hablar.