Una cosa es estar alineado ideológicamente -como está la Libertad Avanza con el ala dura del partido republicano que lidera Donald Trump- y otra muy distinta es reaccionar con una ingenuidad absoluta, como si fuera una fan de Taylor Swift al verse frente a frente con la popular cantante.

Balbuceando, sonriendo bobaliconamente y copiando los gestos que hacía Trump, el papel del presidente argentino fue indigno para el cargo que representa.