El entrevistador pregunta, y el entrevistado responde. No al revés. Porque cuando el periodista quiere responder las preguntas se llama influencia. Más aún cuando el personaje en cuestión no quiere o no brinda detalles para sustentar la hipótesis del medio de comunicación.

Así pasó con Laura Muñóz la mujer de Alejandro Vandenbroele, el sujeto señalado, sin fundamentos por los medios de comunicación, como el testaferro del vicepresidente Amado Bodou.

No solo Guillermo Lobo intentó que la mujer diga que estaba recibiendo amenazas sino que Florencia Etcheves le "soplaba" fuera de aire las preguntas. La mujer en tanto solo dijo que fueron "situaciones menores", las cuales no describió y dijo resignada: "Un poco de todo".