En el disloque en el que se ha convertido la oposición, que ha olido sangre y se tira sobre la presa para finiquitarla, uno de sus objetivos es lograr que el Gobierno no se ponga en pie ni pueda convertirse en una alternativa para las elecciones presidenciales de 2023.

Algunos apuestan a que la llegada de Sergio Massa no alcance para enderezar el barco y que la crisis se lleve puesto al oficialismo con el exintendente de Tigre incluido.

Pero otros, como el diputado radical Rodrigo de Loredo, prefieren curarse en salud y evitar la presencia de Massa en las boletas si consigue calmar las aguas.

Ante ese insólito argumento hubo muchas críticas y burlas, pero la diputada bonaerense Teresa García fue más allá y lo planteó con crudeza.