La idea es simple y hay que reconocer que no está mal pensada. Se trata del viejo truco de meter miedo al electorado con un fantasma que puede hacerse real. En este caso el fantasma es la meneada Venezuela y el miedo que se quiere instalar es que al tener mayoría en el Congreso el oficialismo avance sobre las libertades individuales.

Pero Leandro Santoro en la entrevista con Luis Novaresio no solo desarmó la estrategia sino que la dio vuelta y alertó sobre lo que ocurre en la Ciudad de Buenos Aires y lo hizo utilizando la misma fórmula.