Arrancó con lo de la visa que se exige para poder ingresar a los Estados Unidos, fue engranando al pedir un trato recíproco para cuando un ciudadano norteamericano quiere entrar a nuestro país, se calentó al enumerar los intentos de quedarse con todos nuestros recursos naturales, y metió quinta a fondo para recordar la historia imperialista que los acompaña y terminar puteándolos a toda orquesta.

Un show de Alberto Samid, que nunca defrauda, con muchas verdades de a puños.