Quedará para los anales de las perlas bizarras de las campañas electorales, y cada vez que se hable del ‘Fanta gate’ se recordará la truchada de querer hacer pasar como real una encuesta en vivo claramente armada.

Fue tan burdo el armado que todos los que contestaban a favor de Horacio Rodríguez Larreta que no solo la criticaron sus adversarios políticos sino que se escucharon las recriminaciones dentro de su propio espacio.

Por más que el Jefe de Gobierno de la Ciudad quiso minimizarlo, el daño ya está hecho.