Patricia Bullrich no se iba a perder la oportunidad de utilizar políticamente el violento accionar de la policía de Larreta contra los manifestantes que querían llegar hasta la casa de Cristina.

Pero en lugar de apoyarlo lo trató de tibio y aseguró, aunque no fuera cierto, que cuando ella decidía poner vallas nadie más pasaba.

Lo cierto es que la decisión de Larreta de encerrar a la vicepresidenta en su propia casa no hizo más que generar la reacción de la militancia que se acercó hasta el lugar en vez de realizar los actos previstos en varias plazas del país.