El candidato a presidente del partido libertario empezó bien al asegurar que no indultaría a los responsables de la dictadura y de la desaparición de personas porque cometieron crímenes de lesa humanidad y deben cumplir su condena.

Hasta ahí todo bien, pero a Rolando Graña se le ocurrió preguntarle por su compañera de fórmula quien antes de dedicarse de lleno a la política era abogada defensora de los genocidas de la dictadura.

Pero Graña fue suave a la hora de consultar y se refirió a ella como “una revisionista de los 70” a lo que Javier Milei no pudo contenerse y le pidió que no mintiera para empezar a desarrollar la tan trillada teoría de los dos demonios calificando a los crímenes terroristas como de lesa humanidad aunque no tuvieran detrás de sí al poder del Estado.