Cuando Ginés González García decidió ir a cenar el sábado a la noche al restaurante Marcelo de Puerto Madero, nunca imaginó que se iba a encontrar con un escrache tal que lo llevara a abandonar el local.

Apenas lo vieron entrar comenzaron los murmullos que se convirtieron en gritos, desde el "caradura" hasta crecer en agresividad con "chorro, ladrón", y continuar con "asesino", que terminó con el canto de cancha de "hijo de puta".

La mujer que acompañaba a González García en la salida a cenar grabó con su celular a los clientes que lo agredían.

Más allá de la repudiable violencia ejercida sobre un exfuncionario, vale dimensionar la escalada de agresividad que están sufriendo los integrantes del Frente de Todos en las últimas semanas.