El Presidente había afirmado que no le daría proyectos estatales a su amigo de la infancia, Nicolás Caputo. Tal y como pasó con las promesas de campaña, su compromiso contra la corrupción se quedó en las palabras.

El viernes pasado le concedió un proyecto a la constructora de su amigo -en la gestión porteña de Macri, Caputo realizó obras por 1200 millones de pesos- por el cual se desembolsarán cerca de mil millones de pesos, para hacer en los próximos cuatro años la obra civil en la que se emplazará el reactor nuclear RA-10. Apenas se conoció la noticia, las acciones del empresario se dispararon.

Gracias a la contratación para la primera obra de gran envergadura de parte del Estado para 2016, las acciones de la constructora de Caputo subieron este lunes un 15 por ciento en la bolsa porteña, mientras que el viernes pasado -cuando se firmó el trato- ya se había incrementado otro 5 por ciento.

En la licitación para la obra civil del reactor participaron la firma Iecsa, de Angelo Calcaterra, y la constructora del Grupo Petersen, de Enrique Ezkenazi. Sin embargo, el amigo personal de Macri fue el que obtuvo el contrato por 797 millones de pesos, dejando dudas sobre la transparencia en las licitaciones.

Si bien el mandatario explicó, en reiteradas oportunidades, que la constructora de Caputo no había obtenido contrataciones, si se le adjudicaron millonarias obras a la compañía SES SA de la que Caputo es dueño del 50% del paquete accionario.

“En los ocho años de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Macri adjudicó obras a SES, que es lo mismo que decir a su amigo Caputo, por unos 1200 millones de pesos, según información proporcionada por la Auditoria General porteña. Es tan estrecha la relación de las empresas Caputo y SES que comparten el mismo presidente que firma los balances entregados a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires: Teodoro José Argerich”, detalló Alfredo Zaiat en su columna del 6 de diciembre pasado, en Página 12.

Según el mismo texto de Zaiat, en la declaración jurada de Macri resalta un préstamo por casi 19 millones de pesos, entregado a Nicolás Caputo.