Primero, el macrismo quiso suspender las PASO argumentando el costo de la elección para el erario público. Luego, varias voces oficialistas se levantaron contra los debates presidenciales que se llevarán a cabo el 13 de octubre en la sede de la Universidad Nacional del Litoral, en Santa Fe, y el 20 de octubre en la Facultad de Derecho de la UBA.

Ahora, en un nuevo giro de 180 grados, el gobierno pretende que los debates se extiendan a los candidatos a vicepresidente y sean obligatorios…

La idea surgió del propio Miguel Ángel Pichetto, quien horas atrás consideraba: “No tengo ningún problema en debatir con Cristina Kirchner o los otros candidatos. No hay una ley que obligue a hacerlo con los candidatos a vicepresidentes, pero estoy abierto a hacerlo”.

Seguidamente, la senadora nacional por Tucumán Elías de Pérez (Cambiemos) presentó un proyecto en la Cámara Alta en el sentido de “establecer también la obligatoriedad de los compañeros de fórmula” para un eventual debate público.

Según los considerandos del proyecto de ley, los vices “ocupan el primer lugar en la sucesión presidencial y, en muchos casos, quedan a cargo de los destinos del país por períodos cortos de tiempo, en los que el presidente debe viajar, tomar licencia, etcétera”.

Para la legisladora macrista, “no es menos importante que la sociedad pueda conocer las ideas y propuestas de los candidatos a vicepresidentes. Quien resulte electo estará al frente de uno de los tres poderes del Estado y su rol no debe seguir siendo soslayado”.

Elías de Pérez no hizo más que reproducir en el Senador un proyecto en idéntico sentido presentado en la Cámara Baja por el inefable Fernando Iglesias, para quien "sería bueno y democrático que Miguel Ángel Pichetto y Cristina Fernández de Kirchner debatieran públicamente sus propuestas para el país”.