A Javier Milei se lo comió el personaje y se ve cómo va a terminar la historia de un animal que cada día se tiene que comer a otro más grande para seguir viviendo.

Si en algún momento su lucha fue contra la supuesta 'casta política' ahora va contra el Estado en su totalidad, llegando a asegurar que prefiere a la Mafia porque "no miente, cumple, tiene códigos, y compite".

Pero además sus ideas ultraliberales llegan a un punto extremo como el de sostener que las calles deberían ser privadas y cada vecino debería ocuparse de la suya.