No son buenos tiempos para sumarse a la ola libertaria que tuvo su impacto con la presencia de Donald Trump en Estados Unidos y su eco con Jair Bolsonaro en Brasil.

Pero a los triunfos de Biden en la primer potencia del mundo y Arce en Bolivia, le siguió el de Castillo en Perú y la estruendosa victoria de Gabriel Boric en Chile, el laboratorio del neoliberalismo para el tercer mundo.

Javier Milei es la novedad del panorama partidario local, y montado a su personalidad carismática y siempre al límite del desborde consiguió sacudir moderadamente las urnas.

Pero aturdido todavía por la caída de Kast, presagió para Boric todas las desgracias posibles.