No es culpa de la joven vendedora, que lejos de querer mostrarse como alguien con conocimientos de economía lo único que desea es que baje la inflación y se deja llevar por el canto de sirenas de la dolarización.

Lo llamativo es que a Ramiro Marra le parezca que el haberlos elegido por ser ‘los menos malos’ sea un motivo de orgullo y digno de ser publicado en sus redes sociales.