Dos años atrás, funcionarios del gobierno de la Ciudad se 'enorgullecían' de la plaza seca que acababan de inaugurar frente a la estación Federico Lacroze del ferrocarril Urquiza.

Con un costo de 800 mil pesos, el 4 de noviembre de 2011, el entonces ministro de Ambiente y Espacio Público, Diego Santilli, anunciaba vía Twitter el final de obra de la plazoleta de Corrientes y Lacroze, en Chacarita.

Para realizarla, se demolieron los 31 locales que funcionaban en ese espacio -junto a una de las bocas de la línea B de subte-, desde hacía unos 50 años.

Pero la improvisación con la que se maneja el gobierno macrista volvió a ponerse de manifiesto. Ahora, el mismo gobierno porteño la destruyó para levantar dársenas para colectivos.

El proyecto corresponde a la Subsecretaría de Tránsito y Transporte y será realizado en forma conjunta por los ministerios de Ambiente y Espacio Público, y de Desarrollo Urbano. "Se trata de un nuevo espacio para reordenar las paradas de colectivos, como se hizo en Retiro y en Constitución", explicó una fuente a Página 12.

Sin embargo, y siguiendo la costumbre del macrismo en este tipo de iniciativas que terminan despilfarrando los dineros públicos de los porteños, no hay cartel de obra que identifique su destino concreto.

Pero no es la única obra nueva o casi nueva que la gestión del PRO destruye para hacer otra: ocurrirá lo mismo con el boulevard construído en la avenida Cabildo que será demolido para hacer allí un ramal del metrobús.

Ese anuncio despertó críticas de vecinos y dirigentes de la oposición. Es que esa obra, promovida por la Secretaría de Gestión Comunal y Atención Ciudadana, a cargo de Eduardo Macchiavelli, demandó una inversión de cinco millones de pesos y nadie se explica por qué se ejecuta un trabajo de esa magnitud para luego destruirlo.

La comunera Julieta Costa Díaz informó que "el último tramo de esa obra fue adjudicado el 28 de diciembre de 2012 a la empresa Cunumi S.A. por el monto de 1.637.843 pesos" y ya está finalizada.