Fuerzas federales, muchos efectivos, grandes vehículos, muchas armas y otras tantas promesas forman parte del operativo para las cámaras que montó Patricia Bullrich en Rosario.

Lo cierto es que hace una semana la ministra aseguró que habían bajado un 57% la violencia en Rosario pero al menos eso no es lo que se ve en las calles de la ciudad santafecina.

Los locales ya no le creen a la ministra y todo su operativo rimbombante y exigen medidas concretas para reducir el delito y la violencia, sin necesidad de hacerlo para las cámaras.