Es una muestra más de su personalidad quebradiza, rígida y con bajísima tolerancia al disenso. Javier Milei pasó un papelón atacando a Axel Kicillof por lo que supuestamente había dicho cuando en realidad era una cuenta falsa la que había puesto esas frases.

Una vez aclarado el tema, en vez de pedir disculpas -y como una muestra gratis de su esquema mental que no admite el error ni la postura contraria a su visión de las cosas- volvió a pegarle.

Parece que para el Presidente es más fácil cambiar la realidad y adaptarla a su mundo que aceptar que no siempre tiene razón y disculparse por los errores.