Es tan básico y ridículo el argumento que Santi Maratea -quien viene disparando contra el kirchnerismo en las últimas semanas acusándolo de corrupto en consonancia con los tiempos del lawfare- esgrimió para sostener por qué apoyó las marchas en pos de la libertad de Milagro Sala, como el que utilizó para atacarla.

Habiendo tanta información disponible para entender qué está ocurriendo y para tener una postura más fundada de lo que ocurre en la provincia del norte del país, el influencer prefirió sumarse al repudio orquestado sin tener una opinión propia.