No era tan difícil de entender, sin embargo Franco Mercuriali insistía en cargarle la culpa a los estudiantes por las tomas en vez de hacerlo con los que generaron el malestar de ellos.

Así pasó el papelón de que la presidenta del Centro de Estudiantes del Nacional Buenos Aires le corrigiera la chicana sobre el supuesto levantamiento de la toma por la llegada del fin de semana largo, y le desarmara la bajeza de comparar la medida de fuerza en el secundario de mayor prestigio del país con la situación de hambre en otras escuelas.