La Nación siempre fue una tribuna de doctrina, con una orientación hacia los sectores de la oligarquía agroexportadora del país. Su posicionamiento en la derecha del espectro político nacional nunca lo ocultó.

Pero al menos su intento fue el de darle calidad a su periodismo buscando plumas que escribieran con estilo y supieran aguijonear a sus adversarios con altura.

En tiempos audiovisuales esto se ha desmoronado y ya vale cualquier cosa con tal de atacar al kirchnerismo.