Vale todo en el análisis político, forzar las miradas, cruzar conceptos, incluso para algunos inventar algunos datos. Pero pocos -cabe recordar a Nelson Castro con su síndrome de Ubris- se animan a diagnosticar a distancia y sin conocimiento sobre lo que pasa en la cabeza de las principales figuras del Poder.

Pero para Joaquín Morales Solá vale todo. Quien supiera hacer periodismo de guerra seguir disparando cual francotirador es parte del oficio, y ahora se destapó con una antojadiza teoría sobre el supuesto resentimiento de Cristina.