Se puede intentar mostrarse distinto a lo que uno es, flexibilizar al máximo el pensamiento -hasta llegar a querer pactar con la izquierda-, es una opción, la otra es afirmarse en sus propias convicciones y convencer desde las propuestas. 

Pero queda claro que Javier Milei se ha decidido por la primera. Y uno de los frentes que tenía que arreglar era el de la Iglesia Católica, donde subido al entusiasmo de su crecimiento en las encuestas insultó descaradamente.

Ahora, subido a los tiempos previos al ballotage, está dispuesto a borrar todo lo que dijo anteriormente aunque siempre están las imágenes para recordarnos qué es lo que realmente piensa.