Después de escuchar a algunos legisladores de Juntos por el Cambio quedó más que claro que la famosa "travesía por la democracia" fue nada más que un decadente circo mediático. Otros, simplemente prefirieron no hablar, tal vez avergonzados por haber participado de la campaña.

Las palabras de Martín Lousteau diciendo que la única travesía por la democracia la había hecho Raúl Alfonsín durante los últimos días de la dictadura cuando recorrió el país pueblo por pueblo terminó de enterrar las intenciones de algunos opositores de vender como algo espectacular el simple hecho de haberse trasladado a la Ciudad de Buenos Aires para hacer su trabajo.