En una conferencia de prensa en el estudio de su abogado Maximiliano Rusconi, el licenciado en informática que trabajaba para la Unidad AMIA contó que ese sábado Nisman lo llamó diciendo si podía ir a su vivienda en Puerto Madero y agregó que le pidió un arma porque “tengo miedo por las chicas -sus hijas- y que un loquito venga y me pegue un palazo por traidor”.

El dueño del arma con que murió Nisman sostuvo además que el sábado anterior a la muerte del fiscal éste le preguntó si "tenía un arma" y le dijo que "tenía miedo y no confiaba ni en la custodia”.

Lagomarsino, que se negó a contestar preguntas a los periodistas, relató frente a las cámaras que el fiscal  "me dijo que estaba preocupado y que tenía más miedo de tener razón que de no tenerla".