Los saltos de bancada siempre generan controversias, ya que al llegar con los votos de un espacio se lo entregan a sus rivales.

Casos hay muchos comenzando con el conocido de Lorenzo Borocotó, quien lo popularizó, pasando por Bossio y su salto ornamental en 2015 para evitar caer en la mira del ataque macrista.

Ahora le llegó el turno a Natalia Sánchez Jáuregui, quien ingresó en la Cámara con los votos de Juntos por el Cambio y ahora apoya al Frente de Todos.

Pero en su caso las particularidades son que viene del peronismo, y que hace dos años conformó un bloque disidente de la oposición, al que se le acercó el oficialismo.

Más allá de opiniones personales, lo repudiable es que en las últimas semanas comenzó una campaña de hostigamiento y agresividad contra ella que involucró a los propios dirigentes de Juntos por el Cambio.

En una charla con el Gato Sylvestre, Sánchez Jáuregui contó lo que está viviendo.