No está acostumbrado a sufrir el embate de los medios hegemónicos ni a recibir fuego amigo. Mauricio Macri siempre se movió en aguas tranquilas, donde la única confrontación era con el peronismo, su principal adversario político.

Pero la operación de denuncia en la Mesa de Mirtha Legrand que realizaron Elisa Carrió y Hugo Alconada Mon, contando la persecución y el espionaje que sufrieron bajo su mandato, removieron los entramados más enquistados de Juntos por el Cambio.

En vez de confrontarla, Macri prefirió hacerse el que no la entendía -una forma e tratarla de loca- para cerrarse en un mutismo sobre el tema de la denuncia.