Cuando el ejercicio democrático en su ámbito por excelencia no se ejerce como debería, es imposible ocultar una intencionalidad política y el intento que protagonizó la oposición en el debate que terminó aprobando el nuevo Código Civil y Comercial, representó la falta de vergüenza opositora para presentar un debate con argumentos válidos. Simplemente, prefieren dejar la banca para la que fueron elegidos y mirar para otro lado.

Por radio La Red, Luis Novaresio, dejó bien en claro la absurda y tonta estrategia con la cual algunos medios aprovechan a describir como "autoritario" al Gobierno nacional: "Los diputados están ahí para denunciar en el recinto y eventualmene recurrir al órgano de control, que es la justicia. Levantarse e irse es librarse de una responsabilidad para la que voluntariamente asumieron", sentenció el comunicador.

Pinedo habla de un procedimiento "irregular en el que la cámara no tiene en cuenta a la mitad de sus miembros". ¡¿Cómo los va a tener en cuenta si en vez de debatir, dejan el recinto para poner palos en la rueda y especular con la falta de quórum!? Vergüenza ajena...