Tal como informa el periodista Martin Granovsky, "los precandidatos presidenciales Mauricio Macri y Elisa Carrió y la Asociación de Empresarios Argentinos buscan que julio quede signado por una epopeya: la transformación del ex juez subrogante de la Cámara de Casación Luis Cabral en una bandera republicana al estilo de la que pudo haber sido, y no fue, el fiscal Alberto Nisman”.

Antes que nada, recordemos, que el diputado nacional y miembro del Consejo de la Magistratura aseguró que Luis Cabral “sigue siendo juez”, y que el organismo resolvió apartar al magistrado de la Sala 1 de la Cámara Federal de Casación Penal, de la cual era subrogante, para “asegurar a la sociedad la eficaz prestación del servicio de justicia”.

Recordemos que hace unos días, Carrió volvió a judicializar la labor legislativa, aunque ñlo hizo al demandar penalmente a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y a los miembros del Consejo de la Magistratura que el jueves desplazaron a Cabral de la Casación.

Ayer Macri dijo que el Gobierno “está permanentemente hostigando a la Justicia”. Además, pidió que los adeptos del Circulo Rojo profundicen la protesta. “Nosotros vamos a adherir a la marcha del 14”.

Se refería a la convocatoria para el 14 de julio a las 19 en Plaza de Mayo realizada por el sector tradicionalista de los jueces y fiscales en defensa de Cabral, un antiguo simpatizante del escritor Jorge Abelardo Ramos que en estos años se convirtió en un movedizo operador de la ultraconservadora Asociación de Magistrados.

La Cámara de Casación debe expedirse sobre la constitucionalidad del pacto firmado entre la Argentina e Irán y aprobado en mayoría por el Congreso en 2013.  La Sala I de Casación, que tenía el tema bajo su incumbencia, estaba integrada, hasta la remoción de Cabral, por éste y por Juan Carlos Geminiani y Ana María Figueroa.