Uno no sabe si lo hacen aconsejados por sus equipos de campaña o por verdadera convicción. Si sus sonrisas son reales o actuadas para las cámaras, y forzadas por la incomodidad de moverse en terrenos que no manejan con habitualidad.

Solo así se explica que Carolina y José Luis Espert se presten a ponerle la cara a un posteo en el que se los ve sosteniendo un cartel irrelevante con sus nombres y poco concepto por difundir.

Si alguien tiene que explicar el concepto de cringe, acá hay un buen ejemplo.