El encarnizado debate que se abrió en el peronismo tras la elección del domingo puso en vilo al periodismo que corrió atrás de las novedades y regó de fake news y rumores las radios, los canales, los portales y las redes sociales.

La avidez por la información lleva muchas veces a dar algo al aire sin estar debidamente chequeado o a quedar expuestos a operaciones de distintos lados que quieren enviarse mensajes públicos.

Pero lo llamativo es cuando no hay nada para decir y tampoco para aventurar, y entonces se entra en la terrible zona del periodismo-entretenimiento donde todos creen que lo hacen bien y les sale a muy pocos.

Si los periodistas de LN+ creyeron que poniendo una cámara enfocando la casa de Cristina Fernández de Kirchner era suficiente para que el piso tirara chistes, humoradas o anécdotas memorables se sobrestimaron. Lo que salió fue un compendio de banalidades sin gracia en un móvil inentendible.