El contraste no puede ser mayor. Patricia Bullrich pisó La Matanza y nadie se enteró. El distrito más numeroso del país, que epicentro del peronismo en la Provincia de Buenos Aires, se muestra indiferente al canto de sirena de la derecha.

La precandidata mostró que no tiene la capacidad de convocatoria que quieren dar a entender los medios de comunicación.