Luciana Geuna y Maru Duffard jugaron al juego de Lacunza y no solo le celebraron cada metáfora utilizada para describir los acontecimientos económicos en el país, sino que hasta aportaron imágenes de su propia cosecha para adornar las comparaciones.

Cada vez queda más clara la dificultad de los exfuncionarios macristas para justificar su paso por la administración pública por sus pésimos resultados y su necesidad de apelar a figuras diversas para llevar el debate hacia otro terreno.

Pero Lacunza parece sacarle ventaja a sus excompañeros por la facilidad en que hace paralelismos que, aunque no expliquen ni remotamente lo que se le preguntó, le sirven para responder con figuras de fácil comprensión y lo dejan bien parado como un hombre de gran sentido común.