Por un momento perdió la paciencia. El cura Paco quería hablar de las palabras del papa Francisco sobre la necesidad de darle un valor humano al dinero, de invertir para crear trabajo y no especular en paraísos fiscales, de las necesidades de millones de personas en el mundo que sufren por falta de alimentos.

Pero el dirigente troskista Gabriel Solano no tuvo la mirada más amplia para aprovechar el espacio y debatir sobre un tema que la izquierda manifiesta hace años, y se quedó en el chiquitaje de la chicana electoral sobre la actuación del Gobierno en el mismo tono en que lo hace Cambiemos.

Como era de esperar Paco Olveira lo atendió con la indignación de observar a quien se queda en lo minúsculo en vez de aprovechar para generar conciencia de que se deben cambiar las cosas.