Claramente al candidato le falta caminar por la calle y hablar con la gente para tomar real dimensión de la situación que está atravesando el país que él quiere gobernar.

El candidato aseguró que la ley de Emergencia Alimentaria, que fue votada por la cámara de Diputados y ahora pasará al Senado, es una derrota simbólica de la democracia Argentina y de la Argentina como país ya que no se ajusta a la realidad.

Y cuando se quedó sin argumentos empezó a pegarle a la Iglesia.