A José Luis Espert le pareció que la introducción de Nicolás del Caño era demasiado larga y le pidió que hiciera preguntas amenazándolo con cortarle el micrófono.

Del Caño le tuvo que explicar que el debate del que estaban formando parte no era twitter donde Espert suele amenazar a sus colegas con “cárcel o bala”.

Afortunadamente lo que pudo terminar mal se fue aplacando y por poco no llegó a la violencia física.