Como en su momento hiciera exitosamente Diego Valenzuela en Tres de Febrero, donde en 2015 ganó la intendencia (aunque en las últimas PASO perdió por 12 puntos), el periodista de El Trece Luis Otero eligió dejar la tele para volcarse a la política.

Como candidato a intendente por Juntos por el Cambio en Avellaneda, donde cayó por 27 puntos de diferencia con el candidato del Frente de Todos, hizo una fuerte campaña gracias al impulso del Grupo Clarín. Pero no lo hizo en tanto “servicio público”, como él pretende hacer creer.

Según denuncian trabajadores del Instituto Superior de Enseñanza Radiofónica (ISER), puede dedicarse libremente a la política gracias a que, desde 2017, tiene un sueldo superior a los 90.000 pesos como “ñoqui”.

Otero está contratado en ese organismo como “consultor”, aunque los empleados del organismo aseguran que es un virtual “interventor” o “comisario político” que, sin embargo, jamás concurre a su lugar de trabajo.