Es el potro que hay que domar, y al Gobierno el tiempo se le vino en contra. Con el año electoral en el horizonte, cualquier respuesta al primer efecto negativo que pudiera generar un plan de estabilización, queda lejos y encimado con los comicios.

Pero resolver el tema de la inflación tan alta es urgente si quiere tener alguna posibilidad de triunfo en las elecciones, porque ni el Vasco De Mendiguren -un entusiasta todoterreno y siempre dispuesto a ponderar los indicadores positivos- puede evitar escuchar las quejas por los aumentos de precios.