Pero la mentira tiene patas cortas. A pesar de la feroz campaña en redes y en los medios hegemónicos de comunicación, lo cierto es que la chica se acercó al intendente para pedirle una foto. Ella nunca dijo que Cresto la tocó ni hizo denuncia alguna, simplemente porque eso nunca pasó.

Obviamente el intendente había desmentido desde un primer momento que esa situación hubiera pasado pero los mismos que desconfían que le hayan gatillado a la vicepresidenta a centímetros de la cabeza y aseguran que un comando venezolano iraní estuvo dentro del baño de Nisman cuando decidió suicidarse, creyeron sin dudar que el intendente le había tocado la cola a una chica enfrente de miles de personas.

Así se gestó la fake news que fue desmentida con tan solo una foto desde otro ángulo.

Tweet de Mauro Brissio
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