Podría ser gracioso si no fuera patético. Es que a Viviana Canosa se la comió el personaje y cada noche hace un espectáculo de histrionismo político para deleitar a quienes se oponen con furia al Gobierno.

En este caso no le importó involucrar a su propia hija, a quien hizo referencia con su nombre, para dar a entender que el Gobierno le lavó el cerebro a los chicos que ahora no imaginan la vida sin un barbijo.