En la escuela Wenceslao Posse, del barrio de Palermo, el candidato a presidente de la alianza Cambiemos, Mauricio Macri, emitió su voto acompañado por un paquete de facturas y su mujer Juliana Awada.

El establecimiento educativo se transformó en un set de televisión, armado por Cambiemos, para que desde un corralito el candidato dialogue con la prensa.

Pero el reservado, que contaba con una tarima para que Macri se suba junto a su mujer, y un corralito para la prensa, no sirvió de mucho. La conferencia fue caótica, a los gritos, y el candidato de Cambiemos apenas mencionó que "pase lo que pase, mañana tenemos que estar todos juntos" y que se iba "a jugar al fútbol", luego almorzará junto a su familia, sus amigos y Lilita Carrió.

El paso de comedia instaurado en las PASO, de llevar un paquete con facturas a las autoridades de mesa, una demagogia festejada por los medios aliados, no pudo faltar. De echo, ante el balotaje Macri decidió redoblar el presupuesto y llevó más cantidad de facturas, las que también compartió con la prensa, para coronar la mal organizada conferencia de prensa.