El 7 de septiembre pero de 2013 un grito ensordecedor, chiquito, pequeño, lo quisieron callar. Kevin, un vecinito de 9 años fue asesinado en su villa Zavaleta por culpa de un tiroteo entre dos bandas ajenas al barrio, mientras se disputaban una casa deshabitada en medio de una zona liberada por la Prefectura Naval y la Gendarmería. 

Gracias al trabajo del abogado, Luciano Ortiz Almonacid, se pudo constatar la connivencia entre las fuerzas de seguridad y aquellos que dispararon al rededor de 105 disparos con armas de guerra. Esas armas y esa connivencia mataron a Kevin, pero despertaron un grito que llegó hasta el Vaticano, hasta el cardenal Bergoglio, hasta el Papa Francisco. 

Hace tres años la plaza Kevin fue el escenario que desoyó los gritos de auxilio de un pequeño que quedó en medio de una balacera. 

En una carta en memoria a este tercer aniversario, Luciano Ortiz Almonacid dice: "Ya veíamos cómo la violencia institucional en aumento asomaba como respuesta a las preguntas que la política económica no podía dar. Y por eso ahora debo señalar, con el mismo énfasis y la misma ecuanimidad, que nunca jamás en mi vida he visto la cantidad de casos sistemáticos que existen hoy, amparados por estas 'nuevas' políticas de seguridad".

Y agrega: "Recién un año y medio después del asesinato de Kevin, el 2 de marzo de 2015, el prefecto Daniel Stofd, encargado del primer móvil que arribó a la zona, fue procesado por el juez Luis Alberto Schelgel, por 'omitir las funciones de prevención que le eran exigibles por su rol de garante de la seguridad en la zona y su actuación precaria ante el resultado fatal probable, entendiendo que la muerte de Kevin hubiera podido ser evitada'. Sin embargo, Stofd está libre y se encuentra en funciones tras ser premiado con el traslado a un destacamento de Prefectura en Concepción del Uruguay, Entre Ríos".

La patrulla que llegó al lugar anunció que el "panorama es normal". 

A tres años de la muerte de Kevin, La Garganta Poderosa, publica entre sus lineas villeras y llenas de fuerza y de una ansiedad por saciar su sed de justicia. Logra obtener una luz de esperanza que llega desde Roma. Donde se encuentra el Papa Francisco, se escucharon los gritos y la boca rota y seca de injusticia, quizá, con esta pequeña mano sanadora, pueda alivianar esa herida de 9 añitos. 

A tres años del asesinato de Kevin, el Papa le escribió una carta a su prima, Paola

Carta de Francisco a Paola Vallejos, prima de Kevin, nuestra garganta:
   Señora Paola Vallejos, 
Buenos Aires
Querida Paola:
La foto dándote el Sacramento de la confirmación, la carta que me trajo Juan. Foto y carta; confirmación y vida; Paola, Juan y Jorge; mucha cruz y luz de resurrección. Todo esto junto. Entramado de una vida, de muchas vidas; cruce de caminos, algunos lindos y otros tortuosos… Y, al final, pudiste gritar, como yo también –en otras circunstancias y con dolor- también pude.

Tu carta me hizo bien y recuperó memoria. Memoria de tantos rostros queridos y también memoria de tanta crueldad y esclavitud que arruina esos rostros y les quieren arrancar la dignidad. Sí, Paola, desde que este mundo optó por sacar del centro la obra más linda de Dios –el hombre y la mujer- y poner allí al dios dinero, se repiten y acentúan los esfuerzos por arrancarnos la dignidad. Entonces, hombres y mujeres, creados con las manos artesanales de Dios, o son esclavizados por las innumerables maneras de trata de personas o son compelidos a adorar a ese “dios dinero” que usurpó el centro de la maravillosa creación. Y, en ambos casos, se les arranca la dignidad.

 Gracias, Paola, por luchar contra esta idolatría que nos destruye como pretendió hacerlo la idolatría de mi tiempo con el mismo Hijo de Dios. Gracias por animarte a imitar el coraje de aquella mujer cananea (Mt. 15: 21-28) que no paró de gritar hasta ser escuchada. Gracias por tener la valentía a la que nos invita Jesús, el único capaz de vencer la idolatría del mundo.

 Por favor, te pido que en medio de la lucha de cada momento, no te olvides de rezar por mí, para que el Señor me dé el coraje necesario para revivirlo a Él y a los hermanos, sin cobardía. Y te prometo rezar por vos.
 Que Jesús te bendiga y la Virgen Santa te cuide.
Afectuosamente,Francisco (Padre Jorge)