Después de haber dejado el periodismo de lado para convertirse en un vergonzoso personaje mediático que es capaz de hacer cualquier cosa por un punto de rating, que encima no consigue, Viviana Canosa tocó fondo al echar de su programa a Jorge Yoma a quien ella había invitado y al que le había aclarado que podía pensar como quisiera.

No hubo gritos ni violencia sino un simple intercambio de ideas hasta que a Canosa se le ocurrió que si lo echaba del programa todos hablarían de ella. Y de hecho fue lo que sucedió. 

Evidentemente Canosa suscribe a eso de "que hablen bien o mal pero que hablen" y se queda con que hablen mal.

Y ya no es el oficialismo el que la destroza sino que los palos vienen de todos lados. Es raro que una persona que invita a consumir un líquido no apto para el consumo humano en televisión, que insulte a todo el mundo que piensa distinto, que reproduzca fake news casi diariamente y que haga esta afrenta al periodismo de echar a un invitado porque expresa ideas contrarias a la conductora, siga teniendo un programa al aire.