La presidenta Cristina Fernández de Kirchner inauguró en Ezeiza, el nuevo avión Airbus A-330/200 0KM, que será incorporado en el marco de un proceso de renovación de la flota internacional de Aerolíneas Argentinas.

Acompañada por el titular de la empresa Mariano Recalde, uno de los precandidatos a la jefatura de Gobierno porteño por el Frente para la Victoria (FpV), la mandataria recorrió la aeronave. Luego del recorrido Cristina dio un discurso en donde habló de la nueva máquina, la compra de tres más y el avance de una empresa que pasó de tener 26 aviones a 70.

El nuevo avión viene de la fábrica Airbus en Toulouse, Francia, y tiene un interior de cabina especialmente diseñado de acuerdo con la imagen y necesidades de Aerolíneas, una configuración de 24 plazas de asientos lie-flat, para la clase Club Cóndor y 243 asientos en clase turista. Este Airbus es parte de la nueva etapa en la renovación de la flota de fuselaje ancho de la compañía. Incorporación que no ocurre hace 37 años.

Desde la pista de aterrizaje Cristina recordó a “Antonito” De la Rúa y defendió a su hijo Máximo Kirchner de los ataques de la prensa: “Es imposible no pensar en mi hijo. ¡Cómo no te van a pegar Máximo! Prefieren otros, para ellos sería más negocio que te dedicaras a otras cosas y no a formar jóvenes. Tenés la sangre de tus padres: la sangre de la política. Te dedicaste a agrupar jóvenes, a sacarlos de la calle o de la droga para incorporarlo a la política. Te la tenés que bancar, son las reglas del juego”.

"Quiero recordar otras épocas de Aerolíneas Argentinas, pero no con el ánimo de echar sal en las heridas, por el contrario, para que nunca más vuelvan a herirnos y tengamos que sufrir despojos, perdidas de trabajo o patrimonio nacional", explicó la mandataria al mostrar tapas de diarios de ese trágico año. “Mirá qué país teníamos en 2001, mirá qué patria y qué aerolínea tenemos hoy”, afirmó.

"Ésta Aerolínea estaba vaciada, fundida y a punto de perder a todos sus trabajadores. Ahora los aviones salen a tiempo, llegan a tiempo y son bien atendidos. Creo que todos pudimos entender que hay un camino común entre el Estado, la empresa y los trabajadores", sostuvo.

"Algunos tienen la pluma fácil y la memoria muy frágil. Los que no tenemos la memoria frágil y tampoco tenemos el si fácil. Sepan que todos los que quieran ser algo, que para hacer muchas cosas, a veces hay que decir que no, tener coraje y no agachar la cabeza ante los poderes. Estoy dispuesta a bancarme los agravios si con eso contribuyo a dejarle a mis hijos y a todos los jóvenes un país mejor que el que recibimos en el 2003", finalizó.