La saga comenzó allá en 2007 a partir de un libro de Frank Miller, transpuesto a una película épica, sobre una batalla de 300 espartanos que le voló la cabeza a todo aquel que la vio. Con la característica de erizarle la piel a cualquiera, y con un diseño visual imponente y pocas veces visto, aquella cinta encabezada por un enorme y no muy conocido Gerard Butler fue un éxito en taquilla, con críticas variadas. Este jueves, retorna la acción de la mano de “300: El Nacimiento de un Imperio”, con protagonistas diferentes, pero con la misma fórmula, para convertirse en uno de los estrenos más esperados, y el más importante de la semana.
En esta oportunidad, la historia está basada en el reciente libro de comics “Xerxes” de Frank Miller, y aquí la acción transcurre en el mar, donde el general ateneo Themistocles se enfrenta ante las fuerzas persas de Xerxes, aquel rey dios que derrotara a Leónidas y sus 300 en la primera entrega. Con el objetivo de unir a toda Grecia, el héroe de esta cinta se medirá ante las tropas lideradas por la bella pero letal Artemesia, una vengativa y despechada mujer griega, que ahora lucha en favor de Persia para consumar su revancha.
Nuevamente, la película se destaca por su gran despliegue visual. Las imágenes y la fotografía que tiene la cinta son increíbles, y en este caso se repite la fórmula de la predecesora. Además, se utilizan, y de muy buena manera, recursos como el flashback y el flashfoward para ir y venir constantemente en la historia, vinculando así al film anterior. Por ejemplo, la película comienza con la imagen final de la primera cinta, pero en este caso funciona como una escena del futuro, ya que buena parte de “300: El nacimiento de un Imperio” transcurre en paralelo con la versión inicial.
El director de esta entrega es Noam Murro, un israelí con poca experiencia en Hollywood, sucesor de Zack Snyder quien dirigió la primera y aquí es productor y guionista. El cineasta no defrauda, y sube la apuesta con grandes secuencias de acción, además de los recursos y mecanismos fílmicos mencionados en el párrafo anterior.
Con respecto al reparto, el protagonista principal es Sullivan Stapleton, quien se pone el traje de “Themistocles”, y si bien no defrauda, su actuación pasará desapercibida. Su personaje no transmite mucho como el inicial. Le falta un poco de pasión y expresión, y no logra conmover con su heroísmo como sí lo hizo Gerard Butler y su “Leónidas”.
Todo lo contrario sucede con Eva Green, que está espectacular en esta película. Definitivamente le quedan muy bien en los papeles de villanas, como ya demostró en “Sombras Tenebrosas” de Tim Burton, aunque en ese caso se trataba de una mala con un poco de humor.
En consecuencia, la cinta es una gran propuesta. Desde lo visual y desde el tramado de la historia, el film es espectacular. La realización es muy buena, y la trama, que va y viene en buena parte de los casi 140 minutos con su versión anterior, está muy bien contada. Se repite la épica de los 300 espartanos de la primera entrega, y vale la pena disfrutarla.
¿Hay que verla? Sí, hay que verla. No se trata de un drama histórico, sino de una pochoclera muy entretenida, que volverá a volarle a la cabeza al público como pasó con la primera, y que impactará por su diseño de imagen. Definitivamente hay que ver “300: El Nacimiento de un Imperio”, y hasta se puede disfrutar aún más en formato 3D, con impactantes escenas de acción donde por momentos hasta se temerá con ligarse un espadazo.

La saga comenzó en 2007 a partir de un libro de Frank Miller, transpuesto a una película épica, sobre una batalla de 300 espartanos que le voló la cabeza a todo aquel que la vio. Con la característica de erizarle la piel a cualquiera, y con un diseño visual imponente y pocas veces visto, aquella cinta encabezada por un enorme y no muy conocido Gerard Butler fue un éxito en taquilla, con críticas variadas. Este jueves, retorna la acción de la mano de “300: El Nacimiento de un Imperio”, con protagonistas diferentes, pero con la misma fórmula, para convertirse en uno de los estrenos más esperados, y el más importante de la semana.

En esta oportunidad, la historia está basada en el reciente libro de comics “Xerxes” de Frank Miller, y aquí la acción transcurre en el mar, donde el general ateneo Themistocles se enfrenta ante las fuerzas persas de Xerxes, aquel rey dios que derrotara a Leónidas y sus 300 en la primera entrega. Con el objetivo de unir a toda Grecia, el héroe de esta cinta se medirá ante las tropas lideradas por la bella pero letal Artemesia, una vengativa y despechada mujer griega, que ahora lucha en favor de Persia para consumar su revancha.

Nuevamente, la película se destaca por su gran despliegue visual. Las imágenes y la fotografía que tiene la cinta son increíbles, y en este caso se repite la fórmula de la predecesora. Además, se utilizan, y de muy buena manera, recursos como el flashback y el flashfoward para ir y venir constantemente en la historia, vinculando así al film anterior. Por ejemplo, el largometraje comienza con la imagen final de la primera cinta, pero en este caso funciona como una escena del futuro, ya que buena parte de “300: El nacimiento de un Imperio” transcurre en paralelo con la versión inicial.

El director de esta entrega es Noam Murro, un israelí con poca experiencia en Hollywood, sucesor de Zack Snyder quien dirigió la primera y aquí es productor y guionista. El cineasta no defrauda, y sube la apuesta con grandes secuencias de acción, además de los recursos y mecanismos fílmicos mencionados en el párrafo anterior.

Con respecto al reparto, el protagonista principal es Sullivan Stapleton, quien se pone el traje de “Themistocles”, y si bien no defrauda, su actuación pasará desapercibida. Su personaje no transmite mucho como el inicial. Le falta un poco de pasión y expresión, y no logra conmover con su heroísmo como sí lo hizo Gerard Butler y su “Leónidas”.

Todo lo contrario sucede con Eva Green, que está espectacular en esta película. Definitivamente le quedan muy bien en los papeles de villanas, como ya demostró en “Sombras Tenebrosas” de Tim Burton, aunque en ese caso se trataba de una mala con un poco de humor.

En consecuencia, la cinta es una gran propuesta. Desde lo visual y desde el tramado de la historia, el film es espectacular. La realización es muy buena, y la trama, que va y viene con su versión anterior, en buena parte de los casi 105 minutos, está muy bien contada. Se repite la épica de los 300 espartanos de la primera entrega, y vale la pena disfrutarla.

¿Hay que verla? Sí, hay que verla. No se trata de un drama histórico, sino de una pochoclera muy entretenida, que volverá a volarle a la cabeza al público como pasó con la primera, y que impactará por su diseño de imagen. Definitivamente hay que ver “300: El Nacimiento de un Imperio”, y hasta se puede disfrutar aún más en formato 3D, con impactantes escenas de acción donde por momentos hasta se temerá con ligarse un espadazo.