La historia de la cual surge el título de esta columna, debo admitirlo, no es tan espectacular como cuando me la contaron en 2do año. A grandes pincelazos de memoria, recordaba la historia como que en el juicio a Galileo por defender éste la teoría de que la tierra era la que se movìa alrededor del sol y no al revés,  la Iglesia se tomó la molestia de pedirle a Galilei que se desdijera de todo lo que había escrito, dicho, pensado e imaginado al respecto y además; gritar a viva voz: Sorry; mala mía. Finalmente Galileo abjura, que es hacer todo lo que ya describí en el párrafo anterior, y mientras algunos guardias reales se lo llevaban a la más oscura y fría de las prisiones del reino él, Galileo Galilei, el padre de la ciencia y de la física y de la astronomía moderna; lleno de ironía y con sus ojos cargados con el brillo que te dá el saber que tenés razón, decía: Eppur si muove. Una especie de yo estoy al derecho; dado vuelta estás vos.

Después me vengo a enterar que si bien Galileo estaba siendo presionado y censurado desde Roma por algunos cardenales de la inquisición, era un protegido de Urbano VII y de Fernando II de Médicis, por lo que al físico/astrónomo/científico no se lo iban a  cargar así nomás sea cual fuera el enojo. La cuestión es que después de casi 3 días de juicio, a don Galileo, que estaba alojado en cómodas habitaciones y con todas las atenciones, recibe un trato. Si no te arrepentís te torturamos hasta que lo hagas, o, si te arrepentís, la vas a pasar más o menos digno el resto de tu vida. Galileo se arrepiente y le dan perpetua a cumplir en domicilio. Final bastante menos hollywoodense que la del secundario sin lugar a dudas.

Finalmente en 1983; Juan Pablo II dejó sin efecto esa condena reconociendo que el físico italiano debió sufrir de parte de los organismos de la Iglesia. Se cumplían 350 años de la edición de  los Diálogos sobre los dos máximos sistemas del mundo” el libro que desató la controversia entre la religión vs Galileo y que desembocó en el juicio.

Bastante menos tiempo se tomo Joshep Blatter para decir que la entrega del balón de oro a Lionel Messi luego de la final del mundial de Brasil 2014 fue un… error. Se sorprendió de cuál fue la decisión del comité (¿El Comité sorprende al máximo dirigente del fútbol mundial el día más importante del torneo más importante de la galaxia? Que huevos!!!)

El guante, el balón y el botín de oro de la copa del mundo son un PNT y está perfecto. Los premios “Man of the match” también eran una movida publicitaria y extrañamente lo ganaba un jugador de los menos conocidos. El circo, y hablo de los buenos y caros, se tienen que mantener con mucha inversión. Generar plata, cuesta plata. A veces también cuesta seriedad.

Ojalá tengamos todos una buena semana.