Lo amamos a Diego porque a pesar de una vida repleta de lujos y oportunidades, de poder intimar con la nobleza europea, y aferrarse al dinero; nunca se olvido de su extracción social. Pura Argentinidad, futbol, Boca, peronismo y pueblo.

En un país donde parte de la ciudadanía convive con el “síndrome de la hamburguesa”, muchos ignoran que el crecimiento economico argentino de los últimos 75 años se dio mayormente durante los periodos peronistas.

¿Y, que tiene que ver la hamburguesa?

La hamburguesa en sí misma es comida. Pero el sistema comercial de las cadenas de comida rápida es la “experiencia de la hamburguesa”. Hace 20 años no había mayonesa ni mostaza en los locales de New York, solo kétchup. Hoy si no quieres kétchup, pides mayonesa. Quien no come papas fritas ni bebe gaseosa no tiene que pedir un “combo”. Inclusive del propio sándwich se puede quitar la lechuga. Pero en la Argentina funciona el combo.

Tenemos las consecuencias de ordenar el combo. La mayoría de los ejecutivos y funcionarios argentinos no son conscientes de la repercusión de la cultura que adquieren en las casas de estudio del resto del mundo. EEUU tiene relatos y mitos fundacionales, muchos conviven y abrevan en la noción de héroe de John Wayne-la indumentaria de una ex ministra argentina, una ex Gobernadora de la provincia que repetía: “vamos a hacer lo que haya que hacer”. Frase sucedánea a la de John Wayne “vamos a hacer lo que los hombres tienen que hacer”.

La imagen de nosotros mismos incluye la idea que tenemos de los demás y, en parte la relación y nuestras acciones dependen de esto: P.E.: “todos sabemos que los pobres no llegan en la universidad” dijo la Gobernadora. De eso da cuenta el estado de la educación en la provincia entre 2015-2019. La imagen que se le incrustó a los argentinos, un falso sentido de: “somos los peores, hacemos todo mal”, ha tenido siempre menos que ver con nuestra historia que con la realidad que requiere una forma de actuar en el presente, con vistas al futuro. Me preocupa la imagen vulgar y apática que tienen algunos argentinos de sí mismos y del país. Esto es lo que posibilita establecer relaciones retorcidas, crueles y destructivas como las que propuso Macri: “hay que enamorarse de Christine Lagarde”. Una parte del liderazgo eligió EEUU como “el futuro”, ejerciendo sobre los demás ciudadanos una negación a la libertad e ilusión del propio potencial para crear futuros alternativos.

Amo al pueblo y a los intelectuales estadounidenses, aprecio muchas de sus luces. Pocas sociedades son tan abiertas, dotadas de recursos para aprender y expresar ideas. Sin embargo el producto de su gigantesca estructura mediático-cultural expide series de TV y películas, cuyas construcciones están hechas a la medida de su perspectiva. Sabemos que el supra poder mantiene al norteamericano “de a pie” cerrado a las experiencias e ideas del resto del mundo, eso además aumenta el aislamiento de muchos líderes. El supra poder donde no llega el control democrático, es responsable de elaborar lemas para volver a las personas conniventes con errores, contrarios a la reflexión, sin su consentimiento.

Mientras el desconocimiento de lo cognoscible funcione, el pensamiento propio no podrá prevalecer. Ni ellos saben que nos pasa, ni alguno de los nuestros echa de ver porque no podemos ser EEUU. El marketing político un día crea “el eje del mal” demonizando naciones que no conoce, y exporta el concepto dando mayor importancia a su supremacía por sobre lo que los propios pueblos saben de sí mismos.

La economía estadounidense es la más dinámica del mundo, es materia de anhelos y paralelismos en nuestro cipayismo vernáculo. Además como EEUU es el país más poderoso del mundo, sus representantes culturales han impuesto una exclusiva visión del papel del Estado en la economía, sobre todo a través de los organismos multilaterales de crédito. La mayoría de la gente ignora que las ideas que defiende y aplica EEUU dentro de su país, difieren de las que sugiere fuera de sus fronteras. El modo en que muchos profesionales interpretan el éxito estadounidense ha tenido y tiene enormes consecuencias economico-sociales. Por eso resulta importante aprender la lección correcta. La que tiene que ver con lo que nos pasa a los argentinos.

A veces lucimos intransigentes con el FMI y, se debe al hecho de haber sostenido esperanzas aplicando la receta única que ellos sugieren una y otra vez. Esta aceptación para convertirnos en “país normal”, ha sido frecuentemente defraudada. Hoy el FMI no vive en un mundo ideal, los argentinos debemos abrir los ojos; pensar, aprender, escuchar y pedir que se respeten las propuestas que planteamos. Vivimos en el mismo sistema pero hay que calcular las enormes disparidades de poder, riqueza, libertad y oportunidades.

Argentina estaría saliendo con más fuerza de la crisis del Covid-19, si  no se hubiera rendido al canto de las sirenas, a las viejas promesas y prácticas de Gobiernos que van al FMI cuando después de incurrir en déficit fiscales extravagantes financiados con endeudamiento externo, pretenden corregirlos con ajuste recesivo y desigualdad. La situación testamentaria 2019 imposibilitó que se lograra mucho más que esta suave aunque consecutiva recuperación-mes a mes-que procede desde abril 2020. La pobreza, el desempleo y la discriminación, tan familiares desde 2016 han sido extremadamente dolorosas. El idealismo y compromiso que se percibe hoy, a diferencia del período anterior, trae consuelo y esperanza.

PERONISMO Y CRECIMIENTO

Durante todos los Gobiernos peronistas, hubo crecimiento económico y, aunque el peronismo no es una ideología sino una metodología, para que se entienda; fijando un eje central ideológico imaginario, la economía creció con populismo progresista y neoliberalismo menemista. Siempre el PBI peronista prosperó. Todos los Gobiernos peronistas-con excepción de Duhalde 2002/3, que periodizando crece 5 trimestres y cae por inercia de 2001. Con Duhalde comienza un ciclo ininterrumpido-segundo trimestre 2002-de 78 meses consecutivos de crecimiento-hasta la crisis mundial 2008. Aun en los años siguientes a la trágica crisis financiera internacional, el PBI creció alrededor de 20% más, hasta 2015.

Durante los años 2003-2015 el PBI creció alrededor de 60% en el acumulado revisado del nuevo INDEC de Todesca, corregido del anterior, que mostraba alrededor de 80%. Durante los primeros dos Gobiernos de Juan Perón  (1945-1955) el PBI creció en el acumulado alrededor de 36% (CEPAL), hasta la interrupción del orden institucional. Durante 1.035 días (1973-1975) incluyendo el látigo del Rodrigazo el PBI creció alrededor de11% (BCRA-Ministerio de Economía) -en medio de una conflictividad político-social de magnitud y, con el Golpe de Estado en marcha.

Neoliberalismo explicito enancado en el peronismo, aparentemente ineludible en contexto, a la distancia, Pero para ser objetivos, Cavallo llegó a ser popular y Menem mil veces más eficiente que el presidente de  la gestión 2015-2019. Menem duplicó el PBI (en millones de dólares corrientes-Fuente: FIDE), o +44% en términos porcentuales, aun con condicionamientos políticos-económicos (1989-1991) como el segundo episodio carapintada, el golpe de mercado B&B y la segunda hiperinflación. Recuerde también el marco internacional en que asume el hombre de las patillas: Caída del muro de Berlín (1989), Consenso de Washington (1990) y el académicamente denominado “pensamiento único”.

Con todas las críticas reales como desempleo de dos dígitos, desindustrialización, enajenación de los bienes públicos a precio vil, etcétera; el menemismo se endeudó pero el PBI creció hasta el default ruso, habiendo sorteado el efecto Tequila, la crisis del arroz y la devaluación de Brasil.

En resumen, los periodos peronistas desde 1945: CEPAL: (1945-1955) +36%; BCRA-INDEC: (1973-1975) +11%; INDEC: (1989-1999) +44%; (2003-2015) INDEC TODESCA +60%. Nunca menos, siempre más.