De “macroeconomistas cuantitativos” estamos hasta el caracú. Estando capacitados para comprender otras realidades, los transdisciplinarios no pensamos renunciar a ninguna contribución. Los investigadores, cientistas políticos, economistas y de negocios, trabajan en el seno de la comunidad. Asumiendo  la responsabilidad de proteger la Republica y los derechos de la ciudadanía. Es nuestra obligación comunicar los padecimientos endémicos y prevalentes. 
-¿Cómo vamos a organizar y referenciar el paso de esta experiencia a través del sistema democrático, sin que el compromiso académico sea mayor?-. Además, presumo que las memorias 2015-2019 merecen mucha tinta, aunque a un sector de la biblioteca le encaje mejor dejarla de lado. Ellos votaron esto.
Echemos de ver a Donald Trump: “el futuro es de los patriotas…”. Deberá analizarse desde el canje de la palabra honestidad por la de patriotismo. Aunque ni una cosa ni la otra, el patriotismo no es un asunto menor, según Trump. Que le avise a su amigo.
Macri ha sido desairado por los jefes de Estado del G20 en Naciones Unidas. El Directorio del FMI no le atiende la solicitud desesperada de desembolso. El presidente luce estrambótico, trotando a dialogar sin anuncio previo con los técnicos de línea. En EE.UU. tuvo más repercusión y generó más expectativas Sergio Massa, que el presidente en ejercicio. Se lo dijeron muchas veces ya, no hay más desembolsos, esperan un nuevo gobierno para negociar. En la OCDE caducó la idea que el actual presidente sea quien va a ingresar a la Argentina para integrar la organización.
Ideológicamente, Alberto Fernández corriéndose al centro, obligo al Macrismo a pugnar el 27 por el espacio de Gómez Centurión y Espert. Luego eclipsarlo en una eventual segunda vuelta. Macri inquiere alcanzar una victoria en segunda vuelta, sumando a ambos candidatos que reúnen alrededor de 4 puntos. Pero electoralmente el aumento del desempleo a dos dígitos en agosto, el aumento de inflación alrededor de 60%, con una pobreza en 35.4%-con piso de 38% a fin del mandato-, hablan de la verdadera realidad del votante.
La gente por sí sola no cambia. Macri avanza con la rediviva liturgia esotérica hacia la elección. La Biblia con el calefón. La bruja ecuatoriana, el Gurú respirador, la Pacha Mama de Jujuy y, el Buda. Marcos Peña, el estratega. El brujo de la tribu: Jaime Duran Barba. Las mismas tres encuestadoras que auguraban empate en las PASO y, los propios dispositivos de redes sociales generando “fake news”, de toda su carrera política. 
Aunque no se hable, el enorme desafío del presidente es mantener la gobernabilidad del sistema. En contradicción con lo bien que dice que le va en campaña, y los logros que se han alcanzado, negocia “paz social” con la CGT, para bloquear la protesta en la calle, entregándoles u$s 50 millones a las obras sociales. 
Compasivos acompañantes, todos ayudan para que Macri llegue al 10 de diciembre. Los movimientos sociales obedecen los recados de Alberto Fernández y la Iglesia Católica Apostólica Romana. Abandonaron la calle para evitar las provocaciones de los servicios y la violencia de la ministra golpeadora. Sin embargo, la izquierda, sigue y va a incrementar la protesta. 
Mientras tanto, se afianza la caída del PBI per cápita que en dólares. Vuelve a estar como en 1999 (20 años de retroceso), caída de la productividad, incremento de la pobreza y aumento de la desigualdad. Mientras el 52% de los niños es pobre y el 13% se va a la cama sin cenar, quisiéramos olvidar esa frase ambigua de la gobernadora: “estamos haciendo lo que hay que hacer”. -¿Qué era estar haciendo lo que había que hacer?-¿Volver al FMI para proporcionar dólares y fugar capitales?-¿Seguir con la “zona liberada”-entrada y la salida de capitales?-¿Disparar la inflación para producir una redistribución del ingreso harto regresiva?-
Esta película la vimos muchas veces. En 1958 a 1 dólar correspondía $ 28 pesos. En 1959 $ 75. En abril de 1962 cotizaba a $82 por 1 dólar, y a fin de año importaba $ 153. 
Las devaluaciones han jugado un papel clave en la redistribución del ingreso y el proceso de desarticulación industrial. Podemos ver que el tipo de cambio libre y flotante de enero de 1959, al igual que en 2015, implico satisfacer la incesante aspiración del sector primario exportador. En 2015-2019 fue más fácil,  no hubo necesidad de ejercer presión sobre las autoridades económicas ya que ellos mismos ocuparon los cargos. 
En el marco del “levantamiento del cepo” también,  como en 1976, se abrieron otra vez las compuertas para que los dólares provenientes de los préstamos plancharan el dólar y permitieran hacer “la bicicleta” por más de dos años y medio sin riesgo. Ganaron más de 50% en dólares con las LEBACS, en poco tiempo. Al igual que en 1959 la devaluación del peso afecto la participación de la remuneración del trabajo en el ingreso de la economía en su conjunto. En 1958 representaba 53.1% del ingreso neto interno, en 1959 cayó por debajo del 46%. La misma participación del nivel imperante en el lustro anterior a la Segunda Guerra Mundial 1935-1939, cuando casi no había industria ni servicios. El salario real cayó 20% entre 1958 y 1959. Habíamos retrocedido también 20 años. Era un desarrollismo muy paradójico el que reivindican muchos de los que apoyan estos menjunjes. Con decir que Álvaro Alsogaray fue uno de los ministros de economía…
La devaluación modifica la estructura de precios, por lo tanto aumenta el nivel de costos. Así se ponen en marcha los mecanismos inflacionarios secundarios-de propagación-que operan del lado de los salarios y  de los precios industriales. En consecuencia, aumentan las necesidades de financiamiento del sector privado y los gastos totales del sector público. El gasto público aumentó fuerte hasta 2018, por incrementar los planes sociales y el empleo público. Y, la imposibilidad de implementar despidos masivos, dado el alto grado de organización del movimiento obrero. Que no se argumente contrafácticamente. Marcos Peña tenía razón. Están llegando con muletas. Si lo intentaban al principio del mandato, no superaban las elecciones de medio término y se iban como De la Rúa. Desde 2018 las fuertes devaluaciones restablecieron la recesión Prat Gay 2016. Consecuentemente, llegó la contracción de la actividad y las necesidades financieras del sector privado al cual hicieron endeudar irresponsablemente. Muchas empresas endeudadas en dólares, están tecleando. Hoy la consecuencia natural de ajustar es el aumento del déficit fiscal, pero por caída de la recaudación, luego de haber reducido el gasto primario. Un sacrificio desatinado. No interesó, ni valió para nada generar tanta pobreza.
Entre 1946-1949, en plena política expansiva del gasto público y aumentos masivos de salario, con crédito barato; el costo de vida aumento 98%. Entre 1958 y 1962, con restricción del crédito al sector privado, reducción del déficit fiscal y contención de las demandas de los trabajadores, el aumento del costo de vida fue de 323%. Desde entonces-no da para ampliar-la experiencia argentina ha revelado la debilidad de los supuestos esquemas de estabilización y liberación del tipo de cambio. 
Las políticas implementadas desde la llegada del FMI, fueron sacando del closet a muchos funcionarios con declaraciones extravagantes. Está claro que no aman ni al país, ni al prójimo. 
Porque supuestamente tienen dos objetivos principales-la gente no cuenta-, y a cualquier costo: Quebrar la espiral devaluación-inflación-aumentos de salario, eliminando los aumentos de salario, creando desempleo de dos dígitos, y generando contracción de la demanda efectiva. Así comienza a crecer la capacidad ociosa y el desempleo. Supuestamente la espiral deflacionista se detendría una vez producida una fuerte reducción del nivel de ingreso de la economía, los salarios reales y la utilización de los factores de la producción. Pero estas políticas tropiezan siempre con los mismos obstáculos. La industria y los servicios ocupan buena parte de la fuerza laboral en la Argentina, y habita en los centros urbanos. Un proceso irreversible. De todos modos la prosperidad del sector agropecuario, aun creciendo fuerte, nunca puede absorber los grupos emergentes de mano de obra desocupada. Lo que hace imposible el logro de la estabilidad monetaria, fuera del marco de un programa de crecimiento y recuperación del empleo. La principal debilidad de los gobiernos con esquemas de estabilización del FMI en la Argentina, radica en el supuesto desconocimiento de que la condición básica de la estabilidad monetaria, es la estabilidad en el curso político, institucional y democrático de un país. Y, ellos siempre vienen a despolitizar, avasallar las instituciones y desconocer las reglas de la democracia. En la medida que empeora la calidad de vida de la ciudadanía por efecto de la desarticulación industrial, se agudizan las tensiones sociales y políticas y se aleja la estabilidad monetaria, teniendo que recurrir en última instancia a pagar 85% en LELIQ, para evitar-por un tiempo-el colapso.
Para el mejor equipo de los últimos 50 años, lo único importante hoy, es evitar juicios penales y mantener el precio del dólar. Sepan los ciudadanos que si fuera solo impericia, se están yendo  con otro fracaso reiterado de estas políticas económicas. Recuerde, 500% de devaluación-calculado al dólar oficial-, o, al dólar paralelo 320%, para que la Argentina mantenga los mismos problemas de competitividad. 
Una de las principales trampas intelectuales-no la única-que ha desarrollado este esquema, son las crisis macroeconómicas recurrentes, a quienes ellos mismos adjudican la culpa de la retroceso argentino. Busque los presidentes de esos periodos, sus equipos y enfoque ideológico, asócielos. Las soluciones fueron: los bonos del empréstito 9 de julio, el Plan Bonex y, el corralito, para los distraídos. Los picaros ya se fueron. Una parte de nuestra ciudadanía sigue “hechizada”, no reacciona, no reduce su exposición. Claro, no pueden fugar capitales y, algunos ni siquiera huyen del peso, aun después de tres crisis en menos de dos años. País generoso. 


*Máster en Política Económica Internacional, Doctor en Ciencia Política, Profesor de Maestrías, Conferencista y consultor internacional. Presidente de HACER www.hacer.com.ar , autor de 6 libros, con: “2001, FMI, Tecnocracia y Crisis”.