-¿Creció la deuda con respecto a la riqueza (PBI)?- Si.- ¿Bajó la inflación proyectada de las consultoras privadas?- No.- ¿Disminuyó el déficit fiscal como porcentaje de la riqueza (PBI)?- No.-

¿Quedó bien ese rudimento del BCRA pagando tasas promedio de 30% en dólares durante 2016 = “dólar retrazado Martínez de Hoz, Cavallo, Kicillof”-pero en este ultimo caso sin flexibilizar control de capitales-?- No. -¿Vamos a profundizar los riesgos?- Si.

En macroeconomía un ejercicio simple de estática comparativa se utiliza para comparar dos situaciones diferentes sin tener en cuenta el lapso transcurrido entre una y otra. Por ejemplo comparar dos fotos, una en diciembre de 2015, un shock posterior y otra foto en diciembre de 2016. Un análisis dinámico en cambio, toma en cuenta el factor tiempo. Este último enfoque permite ver la evolución de las variables a través del tiempo, como una película. Por ejemplo: observar la evolución del PBI (crecimiento), el nivel de empleo, el déficit fiscal y la deuda como porcentaje del PBI, inclusive pueden relacionarse las variables entre si, para comprender como evoluciona la economía fiscal y monetaria.

La hipótesis que satisface la lógica macroeconómica del marco teórico vigente, implica equilibrar las cuentas fiscales y la política monetaria, como suele escucharse, para ser un “país normal”. Argentina viene “haciendo los deberes” en materia monetaria al costo de duplicar el stock de Lebacs que a su vez ya equivale al doble de la base monetaria-gastando 13/15 mil millones de dólares de interés en 2016. Sin embargo debe ordenar las cuentas fiscales, ya que tener finanzas públicas sólidas, es condición imprescindible para poder acumular capital en forma sustentable. En las universidades se enseña así: “sin cuentas superavitarias, los niveles de stock de capital y empleo no concurren” y “costos de financiamiento crecientes con salarios reales decrecientes, conducen hacia menores niveles de producción y una calidad de vida en retroceso”.

Siguiendo esa lógica, no hubo progresos, por lo cual no se puede pensar en una futura reducción de deuda, ni riesgo país, porque podría aumentar el riesgo de insolvencia fiscal intertemporal. Esta es claramente la cuestión que viene a sumar problemas, endeudamiento progresivo y costos ascendentes en el futuro.

El déficit fiscal primario no se contrajo, por el contrario se disparó alrededor de 61% en febrero y, las metas fiscales trimestrales para 2017 no generan optimismo. Las proyecciones hasta el tercer trimestre del año lucen laxas. Si nos detenemos a observar las metas Dujovne 2017, podemos identificar una reversión temporal importante con 2015 y 2016, donde el 75% del déficit se concentra en los tres primeros trimestres. La idea es pasar de un déficit primario de $66 mil millones en el segundo trimestre de 2016 a otro de $136.500 millones en el segundo de 2017, lo que implicaría un aumento de 105%. El aumento es descomunal y el episodio es como si una Ferrari que viene a 250 Km. x hora se acelera a 350 Km. x hora. Esta claro que lo único importante es fogonear el gasto para apuntalar la campaña. No es absurdo esperar que después de las elecciones se aplique un ajuste brutal, mientras tanto “estrategia EcoZen” de relajamiento de las metas fiscales los primeros tres trimestres del año para evitar la profundización del descontento social. De acuerdo al programa fiscal oficial, los recursos totales del Sector Público Nacional y la reducción del déficit primario con la previsión de inflación proyectada que surge de precios implícitos, se puede deducir que se debería ajustar significativamente la expansión del gasto público, respecto del año anterior. Eso socialmente no es viable, dado el actual contexto social descripto-alto nivel de reclamación transeúnte-, a solo 15 meses de gobierno.

Un “gobierno serio”, debería aplicar una poda brutal, un enérgico reajuste tarifario con -down sizing- una reingeniería radical (reducción de gastos). En voz baja, el mejor equipo de los últimos 50 años no exterioriza convicciones, véanse las bajas de funcionarios que se viene  dando, posterior a la huida de Prat Gay. Recuerde que el gerenciamiento esta a cargo de dos ex McKinsey: Quintana y Lopetegui. Según Wikipedia, la empresa que los formó, tiene un plan de carrera muy específico con una política "up or out" (o se promociona durante un tiempo determinado o se abandona la firma), tal vez esta cultura vuelva a manifestarse, como ya lo hizo antes con Constantini y otros considerados “blandos”. La inviabilidad social de ajustar aun de a poco, anticiparía la tercera frustración del mismo enfoque en solo 36 años.

El programa Dujovne,  no tuvo tratamiento parlamentario, y no cuenta con apoyo del Congreso ni de los gobernadores. Suponiendo que alcanzara las metas de reducción del déficit primario, el déficit fiscal global, que incluye el pago de intereses, no disminuirá entre 2015 y 2019. Las metas de disminución del déficit primario no involucran una reducción del déficit fiscal global-esto es, después del pago de intereses-, consecuentemente la estrategia comprende una ampliación de los niveles de endeudamiento.

Del BCRA solo diré que para que la inflación cierre en mas de 40% (record en dos décadas y segundo país de la región después de Venezuela) las ganancias de quienes invirtieron en Lebacs, costaron alrededor de u$s 13/15 mil millones de dólares-al cambio-en 2016. Si los tenedores de Lebacs (u$s 43.000 millones) decidieran que ya ganaron lo suficiente y comienzan a pasarse a dólares, sus tenencias totales equivalen a 85% de las reservas del BCRA. Si a ese supuesto catástrofe le sumáramos el riesgo que ofrecen los depósitos en caja de ahorro en dólares (u$s 15 mil millones) que se podrían reclamar en un día por mostrador, mas la cancelación de los poseedores de plazo fijo en dólares a cortísimo plazo (u$s 6 mil millones) retirando los depósitos, recordando 2001, o por cualquier episodio eventual como la salud del presidente, su estado de animo o hastío de las presiones, las consecuencias son imprevisibles.